El proyecto que apoyamos en Nairobi, Kenia, a favor de la reintegración de mujeres refugiadas supervivientes de la violencia sexual y de género está concluyendo con buenos resultados. El pasado mes de enero se inició este proyecto, impulsado por “Jesuit Refugee Service” (JRS), que consistía en el apoyo a un grupo de mujeres refugiadas, víctimas de la violencia sexual y de género, para la puesta en marcha de un emprendimiento para su integración en el mercado laboral de forma segura y adecuada. A través del proyecto, las mujeres, serían formadas en materia de gestión de negocios y de cría de gallinas para, después arrancar un negocio con la venta de los huevos obtenidos a través de la cría de las gallinas. Además de eso, durante el transcurso del proyecto, estas mujeres han estado recibiendo apoyo psicosocial tanto grupal como de forma individual.
Cabe destacar que, desde que arrancó el proyecto, se ha percibido una gran motivación e interés de las mujeres en participar en el proyecto. Tal es así que fueron ellas mismas quienes, durante los primeros meses desde que se comenzó a ejecutar el proyecto, propusieron poner en marcha una huerta como actividad paralela a la cría de gallinas. En la actualidad, en el terreno donde se ubica el gallinero donde trabajan a diario, se ha habilitado un espacio para la huerta donde se están cultivando terere (amaranto), espinacas, kales y kunde. De esta manera, las mujeres podrán vender los huevos producidos, tal y como estaba previsto, y también las verduras que vayan cultivando en la huerta.
En contextos urbanos tan cambiantes como Nairobi, las oportunidades de trabajo son muy limitadas y precarias para las mujeres, y más todavía en el caso de las mujeres en situación de alta vulnerabilidad. Las pocas oportunidades de subsistencia que se les presenta las expone en muchas ocasiones a una revictimización, ya que se ven obligadas a trabajar en espacios poco seguros, en su mayoría dominados por hombres. A menudo tienen que recorrer largas distancias o pasar largos períodos vendiendo productos expuestas a diferentes tipos de violencias. En Derandein Fundazioa nos alegra saber que las mujeres que están participando en este proyecto se sienten motivadas, no solo con las acciones previstas en el proyecto, sino con querer ampliar aún más el emprendimiento. Queremos agradecer al Ayuntamiento de Irun ya que sin su apoyo a este proyecto no hubiera sido posible.
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