Un año después, podemos afirmar que el proyecto que desarrollamos en las comunidades de Nkawasiro y Atapar Down, en Kenia, están dando sus frutos. Y nunca mejor dicho. La colaboración de AUARA Empresa Social junto con Barclays en 2020 posibilitó la puesta en marcha de proyectos agrícolas en estas comunidades, principalmente gracias al acceso al agua asegurado. En el marco del proyecto se realizó la perforación de un pozo de agua, con bombeo basado en energías renovables, y se construyeron otras infraestructuras necesarias también para la producción de alimentos, como sistemas de regadío, tanques de agua y vallados.
El área de Turkana Norte, donde se sitúan estas comunidades, se categoriza como área árida o muy árida donde las sequías son el principal obstáculo para el desarrollo de la zona. En este contexto, en donde, además, la población se caracteriza por ser nómada o seminómada, altamente dependiente del pastoreo, la puesta en marcha de proyectos agrícolas ha supuesto impactos muy positivos en ambas comunidades.
Con el uso de estas infraestructuras, se han comenzado a producir alimentos suficientes, seguros y de calidad para las familias. En concreto, hasta el momento se han conseguido producir grandes cantidades de papaya, calabaza, berenjena, cebolla, tomate, espinaca, kunde, sandia, además de plantas medicinales como la moringa. Las comunidades no utilizan productos químicos para los cultivos ya que producen abono de forma orgánica.
Sin embargo, la producción de alimentos no es el único beneficio. También se ha logrado que familias y rebaños tengan acceso a agua limpia y segura. Alrededor de 2.450 personas cuentan ya con acceso al agua gracias a estas infraestructuras, y como consecuencia se han reducido ciertas enfermedades como las gastrointestinales, por ejemplo; se ha logrado que las mujeres empiecen a formar parte en las tomas de decisiones comunitarias, ya que cuentan con más tiempo y además, se ha conseguido que las comunidades se organicen y trabajen conjuntamente para el cuidado y el mantenimiento de las infraestructuras y los huertos. En este sentido, se han fortalecido grupos comunitarios como los Comités de Gestión del Agua, que se encargan de la gestión, mantenimiento y supervisión de los recursos hídricos de los pozos o los grupos agrícolas de mujeres y hombres, que realizan tareas de gestión y comercialización agrícola.
Cabe destacar el trabajo que realiza nuestra contraparte local, la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol (MCSPA), en la zona, para que este tipo de proyectos puedan salir adelante y se logren tan buenos resultados.
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